El otoño se anuncia de colores, pero de colores candy, auguran los fashionistas y gurús de la moda. ¿Quizá sea para dulcificar situaciones y hacernos soñar con otros paisajes más benevolentes...?

En cuestión de cabello, el otoño se pinta de colores

Seguramente sí, cada hecho histórico, era y suceso posee su réplica en las tendencias. Y en cuestión de cabello el otoño se pinta de colores. Colores 'candy'.

Entre ellos y el más destacado, ya inunda las redes y eligen las 'influencers', reina el cotton candy hair, fiel representación del color que vemos en un algodón de azúcar, o sea que es un tinte rosado, suave, esponjoso y lo suficientemente delicioso como para despertar ciertos antojos. La tendencia es pintarlo de raíces a puntas, aunque se pueden respetar los primeros 5 cm del crecimiento del cabello para lograr un efecto perseguido por quienes más saben de todo esto, gurús y estilistas.

Debes tener en mente que para llegar a este tono hemos de recurrir a la decoloración, sí o sí, para que los pigmentos cobren el matiz cotton. Una vez que el pelo se haya decolorado, se puede aplicar un estabilizador de adherencia para que el tinte perdure más tiempo y después proceder a aplicar la tonalidad cotton candy de manera uniforme a lo largo de la cabellera.

Para quién sí y para quién no, cotton candy hair

Si nuestra clienta ya posee una melena decolorada, es castaña clara o su cabello ofrece las condiciones para que el tinte penetre óptimamente, sin duda el cotton candy hair es para ella. Sobre todo, si atiende a las siguiente fisionomía: pieles amarillas y latinas, así como las claras con tonos cálidos. Los matices rosados aportan mucha armonía, suavidad, delicadeza y ternura al rostro. Sí, el cotton candy hair, ¡nos quita años de encima!

Este rosa algodón de azúcar es también perfecto para las miradas cafés, marrones, verdes y azules. Aunque el color le sienta bien a casi la mayoría de ojos, no es tan favorecedor para los que son de color miel, aceitunados o azul oscuro.

Así que ya sabes, el otoño, pinta de colores, empezando por el pelo. Quizá, para olvidarnos por algún momento, del reinado de las mascarillas...









Recomendamos