"La constancia es el puente
entre el deseo y la realización".
Luis Señor González, asesor de
inversiones español (1922)


Vivimos unos tiempos en los que me sorprende observar cómo los negocios se abren y se cierran sin dar más margen de tiempo que seis meses o un año. Queremos posiblemente resultados de forma inmediata, a la primera, sin valorar que todo negocio requiere de un tiempo mínimo que debemos conceder a nuestro proyecto para que podamos ver los resultados que tanto ansiamos. Estamos en la época del todo aquí y ya, y en la mayoría de los casos esta fórmula no funciona.

Para tener éxito en los negocios es necesario contar con constancia y perseverancia, porque sólo de esta manera se puede llegar justo al momento cumbre en que se pasa de la espera y esperanza al éxito. Quizá sea uno de los aspectos más importantes para lograr los objetivos. La constancia es más importante de lo que pensamos cuando creemos que ya llegamos al límite, es allí el momento en que debemos poner la constancia en funcionamiento.

Hay que tener en cuenta que en los negocios pueden existir objetivos a corto, a medio y a largo plazo. Si no se sabe esperar, una persona puede llegar a pensar que todos los objetivos deben ser a corto plazo, lo que acaba desembocando en desilusión e incluso abandono del negocio. Es muy importante tener la capacidad para determinar los plazos de los objetivos así como la constancia para poder desarrollar el negocio de cara a estos objetivos sin perder de vista lo importante.

Saber qué hacer en cada momento es importante, pero también lo es esperar justo a ese momento sin desesperar; si bien no es sinónimo de éxito, existen muchas más probabilidades de obtener los mejores resultados. Hay que saber esperar y hay que saber perseverar, pero si la idea de negocio es buena, no existe razón alguna para que no acabe funcionando.

El futuro es consecuencia de las acciones de hoy. Todas las acciones que se emprendan y todas las decisiones que se tomen a día de hoy tendrán consecuencias; éstas pueden ser positivas o negativas, por eso el empresario debe tener en la mano toda la información posible y fomentar una constante investigación de todos los posibles factores que puedan afectar a su negocio.

Por último, y ya es experiencia propia, he de decir que si logramos ponerle además una pizca de amor, pasión y esfuerzo al trabajo, disfrutando en todo momento de cuanto hagamos, creo que esa fórmula nos conducirá sin más al éxito, por haber conseguido por una parte ser felices en el trayecto, y por otra por ver cómo nuestro negocio crece y se desarrolla en el momento adecuado. ¡Qué más podemos pedir!

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