"La belleza es una relación armoniosa
entre algo de nuestra naturaleza y la calidad
del objeto que nos deleita".
Blaise Pascal, matemático, físico, filósofo,
teólogo católico y apologista francés (1623-1662). ​

Hoy muchas mujeres no solo han aprendido a convivir con ellas, sino que abrazan el estilo natural de su cabello gris. Todo, derivado de la pandemia y los encierros en casa. Lo que conlleva, sin duda, una nueva moda y equiparación con el sexo masculino para la mujer. Con el pelo blanco la sociedad dictaminó en su momento que ellas envejecen y ellos se vuelven más atractivos. Ahora, sin embargo, ha roto la brecha de género, y ellas, o al menos numerosas famosas e influencers, se sienten mejor que nunca con sus canas, transición del color teñido al natural, sobre todo a partir de los 40-45 años.

La primera conclusión para la industria señala: ¡Menos visitas al salón para hacerse color! Pero, reflexionemos, es nuestra baza y obligación. Para pasar del color a la cana original se necesita del trabajo profesional. O si no, no hablaremos de pelo blanco, sino de un batiburrillo de tonos, el antiguo y sus restos, el original y la cana, que no siempre es igual. Y además, para darle al pelo blanco toda su belleza se impone el tratamiento, ese que solo saben hacer los peluqueros y peluqueras en el salón.

Que el mundo está cambiando es un hecho, no nos cansaremos de repetirlo. Los consumidores, la sociedad en general y las empresas e industrias en particular, también. Si tu clienta dejó de visitarte para teñir su pelo, ahora, lo que necesitas es de los mejores tratamientos y productos que le faciliten la transición y que hagan de una cabellera con canas, su mejor carta de presentación.

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