Un mal jefe puede hundir una buena peluquería

Los expertos en estrategia empresarial, liderazgo y relación con clientes nos invitan a los profesionales a combatir la crisis con altas dosis de optimismo y actitud positiva.

Las dificultades que padecemos (falta de número de clientas, reducción de ticket medio y la infidelidad) es una situación que no va a cambiar y es idéntica para todos. Como el entorno no nos va dar ilusiones ni soluciones hay que buscarlas.

No podemos estar anclados en la cultura de la queja, cuando lo que toca es luchar, cambiando el modo o la manera con que nos hemos de enfrentar a nuestros clientes y a nuestros colaboradores, que son nuestros primeros clientes. Ya no basta con intentar ser amable y cordial. Hay que enamorar y esto se logra transmitiendo entusiasmo y alegría, primero con el equipo y luego todos juntos con los clientes. El valor que aporta un profesional a su cliente son sus conocimientos y habilidades, pero lo que nos diferencia de los demás es la actitud. Hay que enganchar a los clientes a través de la comunicación y de la emoción. No podemos diferenciarnos por precio pero sí por la calidad y por nuestra manera de venderlo.

Yo añadiría que la humildad y la sencillez hay que transmitirla al equipo, explicando el beneficio que me supone "tenerles a mi lado". Los profesionales de la peluquería hoy día tenemos que dar al cliente no lo que piden, sino lo que creemos que necesitan, demostrando al cliente que con nosotros su vida es más fácil.

En mi exposición trate de concienciar al líder de este relato de que la queja ya no vale y tiene la necesidad de convertir su comunicación en una virtud, creando un buen ambiente relajado. De lo contrario, esta peluquería tiene fecha de caducidad.

El mercado no lo puedes cambiar. Tú sí.

Juan Balaguer
Contra-Pelo

Esta entrada fue publicada el 30-06-16 a las 18:55.
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