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Artículos técnicos

La toxina botulínica: veneno del bueno

Los efectos paralizantes del bótox le han consagrado a lo más alto en los tratamientos antiarrugas. En cosmética, su nivel de peligrosidad es nulo, y su aplicación no tiene efectos secundarios


10/06/2011

La toxina botulínica es una neurotoxina (sustancia capaz del alterar el funcionamiento del sistema nervioso) elaborada por la bacteria Clostridium botulinium. Esta bacteria se encuentra en zonas contaminadas, en suelos y aguas no potables, y produce unas esporas que sobreviven en los alimentos mal conservados o mal enlatados. Allí producen una toxina que, al ingerirla pueden provocar intoxicaciones graves.

La toxina es solubre en agua, inodora, insabora e incolora. Puede ser inactivada por medio de calor usando 85 ºC al menos durante 5 minutos o al punto de ebullición durante 10 minutos. También se puede inactivar con formol o lejía y agua con jabón o con los métodos usuales de potabilización del agua.

Las diferentes cepas de la bacteria producen siete formas distintas (A, B, C, D, E, F, G y H). Los subtipos más usados para medicina y estética son las del tipo A y B.

El botulismo

Esta toxina es uno de los venenos más poderosos que existen y produce la enfermedad del botulismo, caracterizada por el desarrollo de alteraciones vegetativas (sequedad de boca, náuseas y vómitos) y parálisis muscular progresiva. Puede llegar a ser causa de muerte al afectar la función respiratoria. Los tipos más frecuentes de la toxina causantes del botulismo humano son las A, B y E, mientras que la de los animales son la C y la D.

El botulismo puede aparecer en cualquier alimento de origen animal o vegetal, siendo las conservas donde suelen aparecer la totalidad de los brotes. El crecimiento de la bacteria suele ser prevenido con acidez, alta concentración de azúcar disuelto y altos niveles de oxígeno y poca humedad, por eso los brotes suelen aparecer en conservas caseras o en medios de baja acidez, como los vegetales enlatados. El botulismo también se produce cuando la bacteria entra al organismo a través de una herida abierta y produce la toxina en el interior de ésta.

Hay tres clases principales de botulismo:

  • a) El botulismo transmitido por los alimentos.
  • b) El botulismo infantil (ocurre cada año en un número pequeño de lactantes quienes hospedan Clostridium botulinum en su tracto intestinal).
  • c) El botulismo de herida (cuando las heridas están infectadas por el Clostridium botulinum que secreta la toxina).

Cada año tienen lugar cerca de 110 casos de botulismo en los Estados Unidos, y en su mayoría son bebés. En España son muy raros los casos de esta enfermedad.

Para uso terapéutico, se usan presentaciones de 50 a 100 U (U=Unidades ratón) por frasco, y las dosis tóxicas se consideran a partir de 2.800 U, es decir, 28 veces más.
No hay constancia de casos graves en usos terapéuticos o estéticos. Sin embargo, en 2004 en los Estados Unidos, más de mil personas presentaron síntomas de botulismo tras usar botulina con fines cosméticos, pero fueron víctimas de un fraude, ya que los que lo vendieron les habían aplicado un sustituto del bótox, con un tipo no autorizado para uso humano.

Donde puede haber grave peligro es en el uso de esta toxina como arma de guerra bacteriológica. Desde la segunda guerra mundial, varios países han experimentado con la toxina para crear armas bioquímicas. Por su alta peligrosidad, la Convención de Ginebra la prohibió al considerarla un arma de destrucción masiva. Se le conoce como Agente X o Agente XR y se sospecha que Sadam Hussein llegó a producir toxina botulínica en grandes cantidades para usarla como arma química. Usada para tal fin, produce una parálisis nerviosa que puede provocar la muerte por asfixia o graves lesiones neurológicas por anoxia, al bloquear la función respiratoria.


Uso terapéutico

En 1895 el científico alemán Emile Van Ermengem cosiguió aislar la bacteria. En 1944, Edward Schantz separó la toxina y no fue hasta 1949 que un grupo de investigadores descubrió que esta toxina bloqueaba las transmisiones neuromusculares.

La primera aplicación clínica de la infiltración local de la toxina botulínica la realizó Alan B. Scott, en 1977, como tratamiento corrector del estrabismo, una patología oftalmológica caracterizada por la hiperactividad de los músculos encargados de movilizar el globo ocular. En 1989, la FDA (Food and Drug Administration, USA) aprobó el uso del bótox en tratamientos de estrabismo, blesfarospasmo y espasmos hemifaciales. En el año 2000 se aprobó su uso en el tratamiento de las distonías, y en el 2004 su uso en los tratamientos de hiperhidrosis.

La neurología es una de las especialidades médicas en las que la toxina aporta mayores beneficios terapéuticos. Su efecto farmacológico tiene lugar a nivel de la unión neuromuscular.
La toxina actúa de forma local bloqueando la liberación de acetilcolina (neurotransmisor necesario para producir la contracción muscular) y produce una parálisis muscular temporal.


Su uso más generalizado es para los siguientes tratamientos:

  • Algias vertebrales (cervicalgias, lumbalgias, ciatalgias). Es cada vez más extendido por sus buenos resultados.
  • Sialorrea (excesiva salivación) y babeo de niños con enfermedades neurológicas (la hipersalivación afecta a un 60% de los niños con estas enfermedades). Se aplica la toxina bajo anestesia general en las glándulas sublinguales y parótidas, que son las responsables del 70% de la salivación.
  • Distonías faciales: blefarospasmo (contracción intermitente o persistente de la musculatura orbicular de los ojos) y distonías cervical, espasmódica, laríngea, mandibular… Es un tratamiento eficaz y seguro para varias distonías focales, sobre todo la cervical (tortícolis espasmódica), aunque no todos los pacientes responden bien al tratamiento y entre un 5% y un 10% se tornan resistentes a ella después de varios tratamientos.
  • Espasticidad (rigidez), espasmo hemifacial.
  • Hiperhidrosis: sudoración excesiva en axilas y manos. El producto se infiltra en la zona afectada a través de una aguja que actúa bloqueando las terminaciones simpáticas, responsables del estímulo de las glándulas sudoríparas. La toxina consigue relajar la actividad de las glándulas sudoríparas, disminuyendo la aparición de sudor.
  • Incontinencia urinaria en los parapléjicos (su uso es eficaz en el 60% de los pacientes). Sólo se tiene que repetir la administración cada 6 ó 9 meses).

Efectos adversos durante el tratamiento. Durante el tratamiento con la toxina puede aparecer debilidad muscular, que puede producir la caída de los párpados superiores en tratamientos de blefaroespasmo, dificultad para tragar en la distonía cervical y dolor local en el punto de la inyección. Estos efectos son leves y transitorios.

Uso estético de la toxina botulínica

Se empezó a utilizar en estética a partir de 2002, cuando la FDA aprobó su utilización en este sector.
La toxina botulínica usada en estética es una forma diluida del tipo A, y actualmente es uno de los tratamientos antiarrugas más eficaces y más usado para el tratamiento de la ritidosis (pérdida de tersura en la piel). Como en su uso terapéutico, la toxina inhibe la acetilcolina de la terminación nerviosa, lo que impide que el músculo se contraiga. De esta forma lo paraliza y no se forma la arruga.

Se infiltra con una aguja extrafina en el músculo debajo de la piel de la zona que se desea tratar, inhibiendo por relajación el movimiento muscular. Los resultados son inmediatos (a partir del quinto día) y tiene una duración entre 3 a 6 meses.

Los pacientes pueden reincorporarse a su rutina habitual de inmediato tras la aplicación ya que no existe ningún tipo de complicaciones perjudiciales para la salud. Casi no tiene efectos secundarios duraderos. A corto plazo, puede haber alguna leve hinchazón o dolor en el punto de punción, entumecimiento o leve pérdida de expresión facial, y a veces una pequeña alergia. En ocasiones pueden aparecer dolores de cabeza transitorios.

La técnica y aplicación

La inyección debe aplicarse a nivel muscular en las líneas de expresión facial. Se debe aplicar de forma superficial para no afectar a músculos profundos sobre los que no queremos ejercer ningún efecto.
Normalmente se lleva a cabo un máximo de 5 punciones para arrugas del entrecejo, de 2 a 3 punciones en los cantos externos de los ojos (patas de gallo) y de 4 a 8 punciones en las arrugas de la frente.
Las dosis han de ser moderadas (pequeñas cantidades), para relajar, nunca para paralizar la musculatura, y hay que saber escoger bien los puntos de inyección. Tras la infiltración, el paciente debe estar erguido al menos unas cuatro horas, para que la toxina se distribuya bien por los músculos faciales.

Los efectos

• Ayuda a eliminar las arrugas faciales.
• Da tersura a la piel.
• Efecto de rejuvenecimiento de la mirada (mirada más joven y relajada) y atenuación de las arrugas dinámicas (las debidas a la expresión).

Duración del tratamiento

La frecuencia de los tratamientos es de 4 a 6 meses, que es el tiempo que duran sus efectos.
Transcurrido ese tiempo se puede volver a aplicar
la toxina.

Quién puede administrarlo

Para utilizarlo es necesario tener un nivel médico, un conocimiento preciso de la anatomía humana y del manejo de las dosis y de los instrumentos adecuados para su manipulación.
Por este motivo es recomendable que lo apliquen profesionales acreditados y centros que reúnan las condiciones adecuadas.

Contraindicaciones

- No se debe aplicar durante el embarazo y en los períodos de lactancia.
- No debe ponerse antes de los 4 meses del tratamiento anterior, ya que puede crear anticuerpos y entonces no hace efecto.
- No aplicar en pacientes alérgicos al huevo, ya que la toxina puede generar reacciones alérgicas importantes a causa de la proteína albumina que contiene la clara.
- Abstenerse quienes estén tomando antibióticos.
- Contraindicado para pacientes que tengan problemas nerviosos o musculares.
- No aplicar en enfermos con esclerosis múltiples.

Las cremas y las ampollas

En el mercado hay productos con la toxina botulínica en forma de cremas y ampollas. Las cremas, al ser de aplicación tópica, tienen una acción mucho menor, aunque eso no signifique que no sean efectivas, ya que mejoran el aspecto general del rostro y son muy eficaces para las arrugas que hay bajo los ojos, en los párpados y en el cuello, donde no se puede infiltrar la toxina. Las ampollas suelen utilizarse como hidratante y como alisante del cabello.

Marcas / Productos

La marca comercial más conocida es Botox, que está producida por la empresa americana Allergan Inc., que también comercializa Vistabel. Últimamente también se está popularizando Azzalura, que pertenece a Dysport, una empresa británica elaborada por Ipsen Pharma.

Existen cuatro medicamentos con toxina botulínica autorizados en España: Botox®, Dysport®, Neurobloc® y Vistabel®.
Neurobloc: sólo está indicado para tratamiento de la distonía cervical.
Vistabel: sólo está indicado para uso en estética (para el tratamiento de las arrugas del entrecejo).
Botox y Dysport: sólo están indicados en adultos para tratamientos de blefarospasmo, espasmo hemifacial, tortícolis espasmódica, pacientes que han sufrido un accidente vascular cerebral (ictus), para la espasticidad del brazo y de la pierna (Dysport®) o de la muñeca y de la mano (Botox®) y para el tratamiento de la espasticidad en niños con parálisis cerebral. Botox®, además, está autorizado para ser utilizado en el tratamiento de la hiperhidrosis primaria severa y persistente de la axila.

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